Llegó el día de la despedida. Nos levantamos alrededor de las 5 de la mañana con un largo día por delante. Nos dirigimos a la estación con nuestras respectivas familias, donde habíamos quedado a las 6 y media. Allí nos despedimos de los que nos han acompañado en esta maravillosa experiencia y de las familias que nos han acogido en sus casas, y acto seguido cogimos el metro, después el tren y finalmente llegamos al aeropuerto. El avión se retrasó una hora, con lo cual llegamos más tarde de lo previsto a Tenerife, pero como teníamos mucho tiempo antes de que saliera el barco no hubieron problemas. Tuvimos que esperar al barco, ya que también se retrasó una hora, lo que hizo que estuvieramos más cansados y tuviéramos más ganas de llegar a casa. Finalmente, aproximadamente a las 10 y media llegamos a La Gomera. Todos nuestros padres estaban en San Sebastián esperándonos impacientes, y por fin cada uno se marchó a su casa.
Fue un día triste porque se acabó el intercambio, pero a la vez alegre por ver a nuestra familia, y porque estamos seguros de que volveremos a estar todos juntos algún día.
Gracias a nuestros compañeros de Kempten, a todos los profesores, en especial a Karin y a Eva y a las familias, ¡gracias por haber hecho posible esto!
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